Era el café... Sí... era el café


Era el café que le relajaba, sí era el café que le ayudaba a controlar sus emociones y sentimientos por esa persona. Sí… así es… era el café que le ayudaba a estar callado a solo escuchar, a detener el tiempo y no decir nada por no querer herir sus sentimientos. Era el café, rico y caliente que le daba las fuerzas necesarias para poder seguir adelante y tener que fingir como si no pasara nada. Era un mar de sentimientos que tenía que vivirlo en silencio….. Era el café que le ayudaba a llevar el control de todo, sí… era el café…. Aquel muchacho de los hermosos ojos de color café no podía hacer nada sin el café, eso era su droga, era su mejor arma, su fiel amigo, se aferraba en él porque no podía olvidar o no quería olvidar esas preciosas e inolvidables tardes en la cual se sentaba a platicar con la persona que más le agradaba, que con tan solo pronunciar su nombre le erizaba la piel. Sí... Así es... su nombre le hacía perder la noción del tiempo, será porque al pronunciarlo recordaba gratos momentos, gratos recuerdos, aquellos que ninguna otra persona lo hacía vivir. Era tan fuerte la atracción que sentía que a veces no sabía cómo controlarla que llegaba a ser evidente con sus emociones. Entre plática y plática la hora pasaba y ellos estaban tan concentrados que no se daban cuenta de nada….. pero…. después de ese rico y caliente café daban paso a algo que les volvía aún más cercanos a algo más íntimo…… Vez… es todo lo que hacía el café…. 

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